Fran J. Marber llena de literatura el otoño cultural de San Javier

El autor lorquino compartió con los lectores durante un día los pormenores de su obra y en particular de "El juego de la oca" que ha protagonizado este año el proyecto "Un libro, una ciudad"

El escritor Fran J. Marber cumplió con una jornada maratoniana el pasado viernes en San Javier donde cerró el proyecto "Un libro,una ciudad" que este año giró en torno a su novela "El juego de la oca". Tras un encuentro con estudiantes, entrevistas y firma de libros, Francisco Javier Martínez Bernal, verdadero nombre de este escritor lorquino, joyero de profesión, se reunió con un grupo de lectores frente a los que se descubría como un verdadero rastreador de historias sacadas de la realidad a las que aporta una parte de ficción con las que subyuga al lector.

Eso fue lo que ocurrió con su primera novela "El Tercer Clavo" que escribió como homenaje a su padre muerto desarrollando una historia que él le transmitió y que tras una profunda labor de documentación narra en un libro que se convirtió en todo un fenómeno en Lorca donde sitúa el misterio del tercer clavo de la crucifixión de Cristo, concretamente en El Calvario.

Presentado por el concejal de Cultura, David Martínez y el coordinador municipal de bibliotecas, Toni Díaz, Fran J. Marber realizó un apasionante recorrido por su obra literaria que continuó animado por la editorial tras el éxito de su primer libro, que agotó la primera edición en 8 días. "Gusanos de seda", su segunda obra se teje en torno a una apasionante historia relacionada con el descubrimiento de los guerreros de Xi'an , que mantiene en vilo a los arqueólogos de todo el mundo.

"La Página 64" novela lo ocurrido con la primera obra escrita por Julio Verne, la única que, curiosamente, no se publicó, y en "El Llamador de Ángeles", se inventó la procedencia de una pequeña joya que él mismo vendía: un cascabel de plata, al descubrir en su investigación que ninguna leyenda sustentaba la creencia de que el pequeño cascabel tranquilizara al feto si era portado por su madre durante el embarazo.

En "El Juego de la Oca" documenta el camino pagano que antecedió al religioso para llegar a Santiago, desde Roncesvalles emprendido entonces por los druidas, magos y brujos para alcanzar Finisterre. El escenario era un mapa de ritos iniciáticos que recoge todos los símbolos del inocente juego de la oca actual, del que quedan restos en grabados, incluso en la catedral de Santiago, explicó. El misterio asoma de nuevo en esta novela que parte de la actualidad con un inspector de policía que tendrá que resolver unos misteriosos asesinatos en ese mismo escenario.

El escritor confesó estar "encantado" con el proyecto de realizador Vicenta Seba para llevarla al cine. El director ya cuenta con el guió definitivo, que adapta el argumento del libro al registro cinematográfico, y que sigue en proceso de puesta en marcha para rodar una película que le abriría puertas editoriales, explicó el autor esperanzando en que el proyecto logre el presupuesto necesario para su rodaje.

Con documentales y videoclips de presentación culminó el repaso a su ya nutrida bibliografía a la que sumó "Fruta Amarga" donde cuenta la historia real de Marie Sophie Van Erthal, la desdichada joven en la que se inspiraron los hermanos Grimm para escribir Blancanieves, y "Expediente 19/02" basada en el expediente psiquiátrico real de un hombre con problemas de sueño "lo único que no ha podido vencer el hombre", explica el escritor que también escribió el guió de un corto dirgido por Bernando Hernández, basado en la novela y que ha cosechado varios premios en festivales internacionales.

Fran J . Marber se mostró encantado de su estancia en San Javier y agradecido porque su novela "El Juego de la Oca" fuera la elegida este año en el proyecto de cohesión social mediante la lectura masiva de un mismo libro por los ciudadanos "Un libro, una ciudad", lo que le permitió compartir con los alumnos de bachiller del IES "Ruiz de Alda" que han trabajado sobre la novela, y charlar con lectores,primero en la librería Tahíche, donde firmó ejemplares, y más tarde en el Museo de San Javier.

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